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jueves, 20 de junio de 2013

Día de estreno (Alquimista capitulo 1)

Hola, aqui reportandome despues de muchos siglos de no estar presente, pero bueno que les cuento, les dejo el primer capitulo de Aquimista, Espero que sea de su agrado y no se olviden de comentar, jamas olviden que su participacion y opinion son importantes para mi.un abraso enorme para tod@s y l@s dejo leyendoAnny


Cuando tenía cinco años mi madre murió por una enfermedad y mi padre se fue a los pocos días, jamás logre entender por qué. Desde ese día mi tío Frank se hiso cargo de mi.
Frank es un señor muy poco agradable, es huraño y no disfruta ni un poco de la vida, jamás lo he escuchado reír, él estuvo casado, pero su esposa murió en los años fríos (así le llamamos a los año de guerra entre los brujos y los alquimistas), la verdad es que yo era muy pequeña para recordar lo que sucedió, además vivamos tan lejos de cualquier peligro que yo no supe de la guerra hasta muchos años después, mi nana dice que desde ese día es así.
Yo a diferencia de mi tio disfrutaba de todo, bueno “casi” de todo, lo único que me disgustaba era el colegio, o al menos las clases, fuera de ello era genial, vivir la vida al límite junto con mis amigos más cercanos.
Mi vida en si no tenía muchas complicaciones, todo me era brindado, si no era por las riquezas de mi tío yo me lo podía conseguir con mi alquimia, eso enfadaba a mi tío, me decía que había que respetar el principio de todo y que era importante mantener el equilibrio, bla bla bla, no hacía más que sermonearme por todo.
Esa noche estábamos cenando en esa enorme mesa en donde solo estábamos mi tío y yo, era ridículo, tener una mesa tan grande para solo dos personas.
-          Llamo tu director en la mañana –comento mientras aderezaba su ensalada.
-          Pues no tenía porque –refute.
-          Tal vez llamaría menor si tus calificaciones fueran más elevadas Elizabeth.
-          Mis calificaciones serian mejores si sus clases fueran más interesantes.
-          Pues si no te esmeras, no me quedara otra opción que tomar tu educación en mis manos – me amenazo.
Rodé los ojos, el sermón se acercaba cada vez más, sería mejor que dijera algo antes de que…
-          Elizabeth, al ser alquimista deberías comprender que todo en la vida necesita un equilibrio, no podrías transmutar una barra de pan si la formula necesaria y la cantidad correcta de ingredientes, ¿Lo entiendes?
-          Si, si, para poder obtener lago también se tiene que dar algo del mismo valor – masculle – pero nada puede tener el mismo valor.
Mi tío suspiro frustrado y continuo comiendo.
Siempre era lo mismo, eso era lo que no soportaba, tanta monotonía.
La mañana siguiente me prepare como todos los días para ir al colegio, con ese ridículo uniforme, siempre trataba de ponerle un detalle personal. Baje en silencio las escaleras y casi me arrastre por la pared para que mi tío no me viera salir pues llevaba la falda demasiado corta para su gusto y lo que menos quería era otro sermón de cómo vestirme adecuadamente.
Corrí por el extenso jardín hasta salir de la propiedad de mi tío, siempre que salía me sentía completamente liberada, en aquellos enormes pastizales verdes un poco crecidos y el paisaje cierto por una ligera neblina, mi clima favorito. Los terrenos estaban marcados por pequeñitas murallas de piedra, así sabias en donde comenzaba uno y terminaba otro
Llegue al colegio y salude a mis amigos, ellos mencionaron que abría una fiesta en los terrenos de la familia Claude, lo que me convenía pues quedaba relativamente cerca de casa de mi tio, podría fugarme por la noche sin que se dirá cuenta.
-          Seguro que no te lo pierdes – dijo William.
Josh era el típico chico guapo del colegio, todos querían salir con él y yo tenía que sentirme orgullosa de que el solo se fijara en mí, aunque claro, la mayoría de los chicos se fijaban en mi, y como no hacerlo, tal vez suene un poco egocentrista pero los genes de mi madre eran predominantes en mi, para decirlo de una manera cotidiana yo era muy bonita.
Las clases pasaron rápido aunque aburridas como siempre, volví a casa a paso lento, Erik llevaba mi mochila y Zack llevaba mi chaqueta, no había nada mejor que tener mis propios esclavos personales.
Mi tio me esperaba en la entrada a sus terrenos parado con propiedad frente a la reja.
-          Gracias por traerla a casa –les dijo a mis amigos y cogió mi chaqueta y mi mochila.
Ellos asintieron de forma dudosa, se despidieron rápido y se fueron corriendo, como si mi tío los estuviese apuntando con un rifle o algo similar.
-          Esta tarde practicaremos con tu alquimia, vino el profesor Ulrich Weber  -e dijo mientras entrabamos a la casona.
Eso me saco una sonrisa, Ulrich, el amor de mi vida, o al menos lo era de forma platónica.
Ulrich era uno de los alquimistas más renombrados de nuestros tiempos, estaba e sus mejores años, tenía treintaidos, solo el doble de mi edad y un par de años menos que mi tío. El era su mejor amigo, se conocieron en los años fríos y eran los mejores amigos, casi como hermanos, por eso Ulrich jamás se fijaría en mí, el solo me veía como su pequeña discípula.
No recuerdo cuando fue el día que conocí a Ulrich, siempre estuvo allí, cuando era pequeña lo veía como un tío mas y siempre que lo veía me cogía en brazos y me hacia cosquillas, jugaba a todo lo que se me ocurriera, a los samuráis, al médico incluso a la hora del té, se dejaba maquillar y poner pelucas. Después cuando cumplí trece años me fugue por primea vez de mi casa, y él fue quien me encontró, me había perdido rumbo a la ciudad y me encontré con una manada de lobos, él me rescato y muy pronto deje de verlo como un tío y me enamore de el como una loca.
Llegue a la sala en donde Ulrich me esperaba sentando cerca de la chimenea. Mi tio como siempre nos dejo solos para poder practicar a nuestro gusto en cualquier lugar que se nos antojara, ese día me tocaba a mí escoger el lugar y escoja el jardín al otro extremo de la casa en donde mi tío no pudiese echar un vistazo.
Comenzó a hablarme de cómo formar un círculo de transmutación con una fórmula perfecta, yo me desabroche algunos botones de mi blusa para dejar de entrever mi escote y entonces mientras el dibujaba el circulo en el piso me acerque a el de manera cuidadosa y sople de tras de su oreja.
Ulrich reacciono con un respingo retrocediendo un poco. Después comencé a acariciar su cuellos con la yema de mi dedo índice y eso lo desconcentro por completo y lo obligo a mirarme.
-          Ya empezamos –murmuro con un dejo de fastidio.
-          ¿Qué tiene de malo? – pregunte mordiéndome el labio – ¿O me vas a negar que te gusto?
Él rodo los ojos y se cruzo de brazos.
-          Ya hemos hablado de esto –me repitió –ya te he dicho que pares, que yo soy muy mayor para ti y no te puedo ver más que como una niña.
Era verdad, ya me lo había repetido en múltiples ocasiones, aunque más bien tenía que ver con una ocasión en la que se quedo en casa y yo me metí en su cama.
-          Te lo advierto Effy –dijo con severidad –si sigues con esto tendré que contarle a tu tío, no creo que le vaya a hacer mucha gracia.
Chasque la lengua, esas palabras me fueron suficientes para estarme quieta el resto de la clase.
Ulrich se quedo a cenar y yo ya estaba desesperada por llegar a la fiesta, fingí sentirme un poco mal y me retire a mi habitación, sabía que nadie me molestaría en toda la noche pero aun así le puse el pestillo a la puerta. Me arregle para la fiesta con un vestido muy corto de color negro y unas zapatillas que me terminaría sacando antes de que acabar la noche pero valdría la pena.
Al llegar a la fiesta no salí de la pista de baile en toda la noche, me movía al ritmo de la música sin impórtame si tuviese acompañante o no, estaba disfrutando en verdad de esto.
William no se separo de mí en toda la noche, tratándome como una princesa, eso me gustaba de él, William era muy apuesto y tenía la sonrisa más encantadora de todo el universo, si no estuviese tan enamorada de Ulrich apuesto que este chico seria quien me robaría el sueño.
Avanzada la noche unas bolas de fuego pasaron por encima del lugar, todo parecía parte del espectáculo hasta el sonido de explosiones pusieron en silencio a todo el lugar.
Las alarmas que no habían sonado en años comenzaron a chillar y el caos comenzó.
Todos los muchachos comenzaron a correr para refugiarse y yo me quede pasmada viendo como todo a mi alrededor comenzaba a incendiarse.
-          ¡Effy! –escuchaba como William me gritaba.
Quería seguir su voz pero las llamas me mantenían dentro de un círculo evitando que pudiese moverme.
-          ¡Effy! –esta vez fue Frank quien me grito.
Mi tío brinco aquellas llamas y me rodeo con sus brazos, de pronto una enorme ola de agua helada nos baño por completo. Me aleje de mi tío y visualice Ulrich apoyando sus manos en un circulo de transmutación.
-          Han comenzado de nuevo –dijo mi tío.
-          Ahora más que nunca debemos proteger a Effy –cometo Ulrich.
¿Proteger a Effy? ¿Protegerme de que?                

1 comentario:

♥Alemagic♥ dijo...

me gusto mucho, aunque la niña se me hizo un poco rebeldona, espero que sigas publicando esta historia, asi ya tendria otra cosa mas en la cual entretenerme
por cierto bonito diseño!